En ocasiones, tenemos lugares únicos cargados de historia, misterio y leyenda más cerca de lo que pensamos. Os presento uno: La Cueva de las Brujas (Suances), uno de los escenarios reales de CAER (1ª entrega de Que Dios nos coja confesados).
Situada muy cerca de Suances, entre el barrio de La Gerra y Cortiguera. Oculta entre arbustos y rodeada de prados bajo un escalón rocoso, nos abre su entrada y nos da así la bienvenida al paleolítico y a la leyenda.
La leyenda de la Cueva de las Brujas:
Según la leyenda, todas las noches de sábado, las brujas montañesas salían de sus casas gritando «¡Sin Dios y sin Santa María, por la chimenea arriba!» camino a esta cueva. Luego, todas juntas volaban en escobas o en forma de cárabos hacia el aquelarre de Cernégula (Burgos).
Allí, las brujas rendían culto al diablo, realizaban sus ritos, bebedizos y orgías hasta acabar bañándose en las aguas heladas de una charca próxima al pueblo.
La tradición oral no olvida esta ruta prohibida en sus canciones:
«De la cueva de Ongayo/ salió una bruja/ con la greña caída/ y otra brujuca./ Al llegar a Cernégula/ ¡válgame el Cielo!/ un diablo cornudo/ bailó con ellas./ Por el Redentor,/ por Santa María/, con el rabo ardiendo/ ¡cómo bailarían…!»
INTERÉS ARQUEOLÓGICO:
La boca de entrada es bastante amplia y se encuentra protegida por una reja metálica. El acceso al interior se encuentra cerrado al público en general. Las visitas constantes a la misma por parte de amantes del esoterismo y curiosos provocaron su cierre.
En el caso de superar este escollo, como fue mi caso, encontramos 1 rampa descendente que se abre a una gran sala vestibular. De ella parten 2 galerías estrechas en direcciones opuestas, este y oeste, que se extienden por más de 70 metros, siendo la más larga la de la izquierda.
En el interior se hallaron restos de sigillata, cerámicas hechas a mano, conchas y huesos humanos junto a 2 paneles de grabados fusiformes. En los alrededores, se encontraron monedas, tejas y restos de mosaico y materiales cerámicos de época romana (asentamiento Portus Blendium)
En 1909 se descubrieron pinturas prehistóricas rupestres… que resultaron ser falsas. Dichas muestras de falso arte paleolítico fueron eliminadas en los 60. ¡Cómo me hubiera gustado ver esas pinturas! ¿Quizá no fueran paleolíticas sino hechas por las brujas? Nunca lo sabremos.
La Cueva de las Brujas fue declarada Bien de Interés Cultural en 1997. Aunque se encuentra cerrada al público, podéis probar suerte e intentar conseguir la autorización para visitarla presentando una solicitud a la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria.
Si quieres conocer este y otros lugares misteriosos, sorprendentes así como las historias que se ocultan tras ellos mientras disfrutas una novela de aventuras, acción, suspense e intriga, te invito a que te adentres en las páginas de mi novela #CAER.